Se repite tanto el juego
sabiendo que está trucado
siendo peones de un tablero
con la partida perdida desde el principio
que si me preguntas qué hacer para cambiarlo
no sé que contestar.
Sólo que caminemos sin admitir la derrota
sin agachar la cabeza
y pisando fuerte.

Caminaremos hacia el silencio
como barricada nuestros brazos
como silencio el grito
como grito tu rabia.
Caminaremos a pesar de las piedras
carreras en los callejones
huyendo de las porras
de las falsas acusaciones
de los oportunistas de falsa bandera
de los del puño robado
de las gafas de pasta
del horizonte perdido.
Del mañana robado
de la hoz oxidada
de los politólogos de salón
de la rosa podrida
de la A cabreada consigo misma
y sin un horizonte unido.
Nada diferente.
Salvo los signos del soldado
que huye de la gente
a tierra de leyes
y seculares acuerdos vetados
protegiendo y protegido
por la burguesía que controla el juego.
Caminaremos donde nos lleven los pies
y amarre el hambre
donde el sudor nos libere
y la sangre no se derrame.
Caminaremos a pesar de las mentiras
que pudren las cabezas
que llenan de aire las neveras
y de trabajo nuestros días.
Caminaremos
y seremos sendero
en un bosque quemado
sin guia y sin destino.
Caminaremos donde nos lleven nuestros pasos
dejaremos atrás canciones de guerra
y poemas de corazones fundidos
con la lava del volcán dormido
y de juventud estúpida y rebelde.
Caminaremos donde nos lleven los pasos
y amarre el hambre
sin someternos ni doblegarnos
al poder establecido.
Si me preguntas qué hacer
está es mi respuesta.

26 de septiembre de 2019
Luis De Laos.

Estoy harto de sonreír cada día

de despertarme y saludar

de parecer alegre

de llegar a un trabajo que me come la vida

y sonreír.

Sólo sonreír es un esfuerzo

duro

cómo el acero.

Ser educado es una falta de respeto

saludas a personas con las que no quieres compartir tu tiempo

ni ellas contigo,

pero están obligadas,

cómo tú

que te obligas para no parecer antipático

compartís espacio

y hay que ser cortés con el vecino,

con el compañero

con el policía

porque si no lo eres con el poli

es posible que tengas un mal día.

Qué asco de hipocresía

qué asco de sociedad

cuánto cinismo

y cuanta mentira aborda el día a día.

Pero yo os quiero

aunque no se note,

mañana tengo resaca.

03 de Agosto de 2019

Luis De Laos.

El sueño de una mañana de verano

Gritos de dolor

Viaja la luz a través de la persiana

viaja hacia el centro de mi mirada cerrada

surca cada rincón de mi imaginación

un gato pardo me vigila en la habitación.

Gritos de dolor.

Se abren los ojos, es mi interior el que grita

se abre la luz, destruye mi nobleza

es el color de la tristeza

que viaja sola.

Gritos de dolor.

El lobo tumbado me vigila en la habitación

aúlla a un cuadro en la pared

un paisaje de estrellas

y mi cuerpo se adentra.

Gritos de dolor.

Un viajero que no mira atrás

un pájaro que no puede volar

el gato salta para cazar

un rayo que no tiene sonido

un grito de dolor en mi cabeza.

Gritos de dolor.

Un violonchelo en el balcón

suena música ligera

una soprano rompe el silencio

un ave vuela en la habitación.

Gritos de dolor.

Despierto en un mar de tristeza,

no estás en la habitación.

El lobo sarnoso aúlla con tristeza,

la luna se marchó.

Gritos de dolor.

Vuelvo a la tranquilidad del sueño

cierro los ojos y otra vez vuelo

no hay gritos de dolor

solo el cansancio acumulado

que se deja llevar de nuevo a mi yo interior,

duermo.

24 de Julio de 2019

Luis De Laos.

He soñado con aviones de guerra
me dejé llevar por la calma
sabía que iba pasar
que iban a venir tiempos de crítica
de reaccionarias pasiones
pero me voy a dejar llevar por la tensa calma,
ningún avión va a bombardear mi templanza
soy un pájaro que vuela libre en un cielo nublado.

13 de Diciembre de 2018
Luis De Laos.

Cuando parta de este mundo
dejad que sea ceniza
y que me disperse por el campo
qué crezcan por mi hermosas flores
qué no sea parte del asfalto.
Dejad qué sea la roca
que impide el avance del negro alquitranado
y qué sea el abono que nutre el campo.
Dejad que vuele sobre el mar
cómo lo hace el bello albatros
dejad que forme parte de las nubes
dejad que sea el hermoso barro.
Cuando parta de este hermoso mundo
no me dejéis encerrado en un nicho amurallado
depositad mis cenizas bajo un árbol
porque quiero ser ese campo
que lucha
contra el avance del hormigón armado.

05 de Noviembre de 2018
Luis De Laos.

He dejado de escribir

He dejado de escribir y no sé porqué.
He dejado de escribir porque me siento derrotado,
vencido en mi pensamiento
tengo el ánimo destrozado.
Estoy inmerso en una lucha
y la derrota avanza imperiosa
rompiendo las barricadas
limando la resistencia.
El miedo crece
mientras venden mi vida al mejor postor
mientras crece el miedo en los puestos de trabajo
y se desahucia a familias.
He dejado de escribir yo,
ahora lo hace la derrota,
¿o es solo un sentimiento?
se que es pasajero
porque aún se manifiesta en la calle la Rabia
mi rabia, tu rabia
la que me empuja a seguir adelante.
Quiero comerme este mundo de mierda
quiero romper las cadenas
quiero comerme vuestras vísceras
¡Fascistas!

24 de Octubre de 2018
Luis De Laos.

No quiero escribir sobre mi pasado pero a veces sale ese demonio que hay dentro de mi cabeza que grita y no me deja pensar en otra cosa.

Así que me dejo llevar por la escritura y me sale “poemas” como éste que a continuación vas a leer.

Si no te gusta lo siento mucho pero es lo que hay.

No madures nunca en la calle si no tienes las monedas para la Parca

Siempre que uno está solo la cabeza da vueltas,

viaja al pasado y visita los rincones de aquella plaza

donde unos críos aprendimos a ser muchachos marginales;

bebiendo litronas, jugando frente al colegio al fútbol.

¡Aún eramos unos críos!

Pero tuvimos que avanzar y no quedarnos atrás.

Y aparentabas madurar, a golpes, en peleas y malas experiencias.

Aprendimos que había que ser un tipo listo y no un tolay.

Unos aprendieron a trapichear, lo llevaban en los genes,

otros aprendimos que experimentar no estaba tan mal

que aquellas golosinas eran una buena vía de escape…

Y volamos, sin alas y hacia el infinito.

¡Y no estaba tan mal!

Volamos entre luces de neón y al son de tambores de guerra

donde los indios no eran los enemigos

porque nosotros éramos esos indios,

los vaqueros eran los malos y llevaban grilletes.

Qué a los vaqueros se les podía engañar

qué no eran nuestros amigos y que debíamos evitarlos.

Querían encerrarnos y cortarnos las cabelleras;

esas alas de libertad.

Nosotros éramos pájaros en pleno vuelo sideral.

Los sábados en el Texas y luego, daba igual.

Salíamos, nos íbamos de fiesta:

primero al New world, el Zentral, Friends, Specka

algunos marchaban al Attica, otros seguramente acababan en el Radical,

el Voltereta, después nació el Over drive, el Now, Epsilon y muchos afters más.

¿Y por qué seguimos aquí?

La muerte nunca nos dijo ¡Vente!

Aprendimos a respirar y a escaparnos.

Algunos se marcharon para no volver jamás,

accidentes de moto, paros cardíacos, suicidios

y otros se dejaron llevar por la locura.

Y yo seguí en un vuelo rebelde contra la muerte

tentándola, retándola y me dejó en paz.

No quiso saber nada de mi y me dijo:

¡Luis, no insistas! No es tu momento.

Cuando venga a por ti te avisaré con tiempo

para que prepares las maletas y quizás te puedas despedir.

¿Sabes una cosa? Me caes demasiado bien como para que te empuje al abismo,

y no tienes las monedas para cruzar al otro lado.

Cuando las tengas, vendré a por ti.

Y yo cada vez que me despertaba de esa pesadilla escribía poemas

y los dejaba marchar hacia la nada

para que solo quedase entre la muerte y yo.

Y aquí estoy, escribiéndola una vez más

sin ninguna gana de marcharme de aquí

y con muchas ganas de vivir.

¡Ahí te quedas Parca!¡Esperando mis monedas!

¡Otra cosa, tú que me lees!

No madures nunca en la calle, si no tienes las monedas para ir al otro lado,

es un lugar muy frío y solitario para los pobres sin nada que dar.

10 de Septiembre de 2018

Luis De Laos.

De qué me sirve la tierra

si no la puedo trabajar

ni sacar su fruto.

El lobo da caza y devora al hombre.

Si está cubierta de alquitrán

y en el cielo no hay estrellas, ni nubes

si no el humo de negro veneno.

El hombre devora al hombre,

le da caza,

en las fábricas,

en la oficina,

en el supermercado,

en las calles

¡Votando!

El hombre es un lobo

que sacia su sed con la sangre de los desheredados.

De qué me sirve la vida

si no puedo sacarle su jugo.

De qué me sirve amar

si no tengo la libertad que busco.

El hombre y el lobo caminan juntos

a la caza del que no quiere ser esclavo.

El hombre, pobre niño infeliz,

se queja de la policía,

del ejército,

del gobierno que elige,

de la justicia,

de las leyes,

de los sacerdotes

y de los impuestos.

Pero sueña con ser banquero

rey de oros,

el vencedor del Monopoly,

CEO de una multinacional

vivir en urbanizaciones de lujo

y morir sin ser devorado.

De qué me sirve la vida

si no puedo sacarle el jugo.

De qué me sirve la rabia

si no puedo vencer al lobo.

De qué me sirve amar

si vivo en un mundo infecto.

El hombre se queja

y acepta ser esclavo

pero no es capaz de acabar con todo

y por eso caza a los que no quieren vivir esclavizados.

No necesitamos hombres lobo, si no héroes,

hombres héroes, héroes lobo.

Lobos que cacen dioses

y dioses devorados en la tierra de los hombres.

06 de Septiembre de 2018, Luis De Laos.

Noche calurosa

La noche en Carabanchel se ve muy distinta a la de Madrid

se ve con ojos de obrero

cansados

llenos de lucha y dignidad

de tiempo perdido

y juventud agotada;

cómo en El boulevard de los sueños rotos.

He perdido.

He perdido algo y no sé qué es.

Quizás sea el resplandor nocturno

o el candor del cielo estrellado

en esta noche de Agosto.

He perdido.

He perdido algo y no sé qué es.

No se ve igual la noche desde unos ojos vendados

ni se siente igual el aire que la agita.

El olor de la calle se impregna en la piel

y el calor humano derrite el asfalto.

La noche, arropada por el Smog

abraza el sueño del fracaso

y espera de nuevo un nuevo amanecer

que se deje ver desde los ojos del obrero;

cansados y llenos de lucha

de tiempo perdido

y dignidad revalorizada.

¿Perdía algo en tu corazón?

He perdido,

he perdido algo y no sé qué es.

Noche calurosa del 15 de Agosto de 2016

Luis de Laos.

Estoy sentado en una terraza
disfrutando de una bonita visita,
gorriones.
Hacía tiempo que no veía tantos.
Tengo a mi alrededor unos veinte
rebuscando comida entre las mesas
píando y dando saltitos.
Me fijo que uno anda raro,
cuando picotea en el suelo
alza la pata derecha
como si le molestara.
Otros se pelean por un trozo de pan.
Les lancé un trocito de queso a una hembra
y se lo arrebató una compañera
en pleno vuelo.
Tengo un gorrión a mi lado
desperasitándose en la arena,
un bonito espectáculo.
Extiende las alas, se hincha
y se revuelve
dándose un baño de arena.
Otro está a mis pies rebuscando
y obtiene su premio.
Y la terraza de este bar se llena de gente
que ignora a estos nobles pájaros.
Beben, hablan, fuman,
vuelven a beber y continúan hablando
y estos vuelan para no ser pisados.
Son animales maravillosos
que nos acompañan desde que el hombre es hombre
y están en peligro por nuestra propia inconsciencia.
Vuela, vuela y huye de nosotros.

09 de Agosto de 2018
Luis de Laos.

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