Tras el funeral del mar

Tras el funeral del mar

el barco se hunde

la muerte se apodera del destino,

la carne se pudre

y el dolor se conjuga en desatino.

La bendita locura se disuelve en asamblea

y construye serenidad

contra la ignorancia universal

Somos náufragos en un mar de alquitrán

tras el funeral de las ánimas del mar.

Destino, locura transitoria.

Somos libertad, somos.

Tras el funeral, tras el funeral

el placer de conspirar

la venganza, la muerte, el odio.

Un cántico en pos de la libertad

tras el irreverente comunicado,

tras el exaltado grito de libertad

la muerte, la muerte, la muerte y el fusil.

Y es la fuga de la inteligencia

en las manos de la barbarie enajenada

tras la reacción controlada

hacia el mar de la estupidez.

Los humildes son controlados

tras los pasos irreales de la libertad.

Se ahoga la creatividad

ante tanta policía universal

y los hijos y las hijas

de los hombres y mujeres

que libres miran al mar

dan el paso hacia su propio funeral

se hacen camino y se alejan de la sal.

Cántame una canción, una vez más

llámame, por favor, cuando encuentres el camino

y déjame, por favor, estar a tu lado

tras el funeral, el mar

cuando consigamos los frutos

tras la muerte de la sociedad.

14 de Julio de 2016