Al final de la noche
Al final de la noche
el filo de la navaja corta el cielo azul
de tu pecho ensangrentado
como en un pequeño cuento de soledad
En tu pecho abierto por el cuchillo redentor
se halla el grito en el cielo
a punto de explotar
para escapar de entre las piernas del dolor
Abres y escupes el aislamiento
por la ventana del olvido
mientras la noche tropieza con el borde del amanecer
en el derrame de tu cama roída
Caricias y mediocridad
pasión que te regala cada anochecer
el silencio de tu amado desánimo
Ahora piensas donde irás
al final de esta acelerada oscuridad
donde te hallas dormido.
Dulce ficción es la vida gris
que rodea tu devenir
entre los mundos perdidos
Y la nueva razón de tu pequeño orgullo
es como conseguir vivir
sin cielo estrellado
sin el amor de un ensangrentado corazón
en un cuento de brujas
en un viaje sideral
en la tierra de las hadas podridas
y los huérfanos de la vida en color.
Ser un náufrago perdido
en el mar estelar de tu apatía
como única bandera tus caderas
como nave tus heridas
para surcar el mar sin bote salvavidas
sin perder la sonrisa
sin que se queme el silencio
de los restos de la basura orbital
que se abalanza por el balcón
de tu propia melancolía.
En tu pecho podrido al final de la noche
vuela un pájaro negro huyendo de ti
huyendo de tu propia soledad
volando libre, soltando lastre,
surcando como una paloma
el cielo de estrellas adormecidas
esperando alegrarlas con su propia felicidad.
Lo escribo desde hace un tiempo
en cualquier instante de soledad.
Luis de Laos.