Camino
Camino desnudo con los brazos abiertos
a un lado de la carretera,
en la ciudad de los bajos fondos.
Me muestro como soy,
un hombre sin techo
de carnes libres de opresión
de libre caminar
de fácil sonrisa
y se, como tú, donde voy a acabar.
Vuelo libre buscando un árbol en mi peregrinaje,
hacia la tierra perdida del sol cautivo,
donde es creativo el tiempo de no mirar atrás,
ni de posarse en un mar de aguas bravas.
Sólo es tiempo de no hacernos enemigos
ni de ahogarnos en el bar.
Vuelo libre buscando mi anhelo,
sin careta que mostrar.
En el cielo abierto que luce sin más
las miradas esquivan la noche
del cielo negro y cerrado de mi ciudad.
El terciopelo de tu vieja estela se rompe
y mis manos pierden la fuerza
por el suave croar de las ranas;
que cantan al lucero,
allí donde mueren las canas.
Cantan desafinado en la humedad de las barras,
cantan un cante amargo
como el sabor del morapio;
cantan al dolor de la soledad.
La charca se inundó un día floral
con las lágrimas de las estrellas
y la lluvia de una primavera irreal.
Llenó el cielo con candelas,
manchó el suelo con los hilos de las velas,
quemó tu sonrisa viral.
Camino desnudo por el cielo abierto
me muestro como soy
voy cagando sobre coches ajenos
dejando el rastro allí donde voy.
Dejando a tu lado mi mejor poema
dejando atrás las penas
dejándolo todo atrás.
Y miento si digo que no se a donde voy
si no conozco el último suspiro
si dejo atrás aquello que no quiero
y grito al viento que se quien soy.
31 de Julio de 2017
Luis de Laos