El cuadro
Hoy es el día. Hoy me han traído el cuadro que heredé de mi tío abuelo. Mi tío abuelo era un hombre solitario y bastante antipático, soltero y sin descendencia. Nunca se casó pero convivió con una mujer muchos años y tuvo un ama de llaves, que según me contó mi padre era bastante extraña y muy misteriosa. Se contaba por el pueblo que esa mujer venía de las tierras del norte, de los bosques, y que era una bruja. Nadie se atrevía a hablar con ella, apenas la trataban y la huían si la veían en la lejanía. Cuando hablaban con ella intentaban no enfadarla y acababan pronto la conversación, por miedo.
El cuadro no se cómo es pero según me contó mi padre es espeluznante y terrorífico. En su día mi tío abuelo se lo quiso regalar pero mi padre no lo aceptó. Me contó que le causaba pavor y mucho terror verlo, que era una escena muy oscura y dantesca. Según el, trataba sobre una habitación victoriana coloreada en tonos negros en el que había una mujer muy pálida, se reflejaba la muerte en ella, meciendo a un bebé entre sus brazos que parecía estar llorando. También había otra mujer, a la derecha del cuadro, que no tenía rostro y de luto absoluto que parecía frotarse las manos y que le colgaba una llave del cuello. También había un niño que tocaba el violín. Pero lo que le causó más miedo fue la puerta que estaba al fondo de la habitación. Parecía estar en movimiento, abriéndose con la ayuda de una mano con largas uñas.
22:00 del mismo día:
Es el momento de abrir la caja y colgarlo.
En el salón quedará bien, justo encima del busto de mi abuelo.
Así es, es como me describió mi padre, pero la puerta parece estar abriéndose con la ayuda de la misteriosa mano. ¡ Desde luego la escena es espeluznante! ¡ Me estoy dejando llevar por la sugestión! ¡Será mejor que me acueste!
Por la noche, de madrugada:
¿Que hora es? ¿Y que ruido es ese?¡Parece el lloro de un bebé!
¡Viene del salón!¿Que oigo?¡Una mujer suplicando!
¡Dios mío! ¿Quién ha gritado?
Ya no se oye nada, hay un absoluto silencio ¡Iré al salón!
¡Dios mío! ¡Que horror! ¡El cuadro!¡El cuadro ha cambiado! Está la mujer degollada en la silla! ¡Y la misteriosa mujer sacándole las entrañas al bebé! ¡Ahora tiene cara y parece estar riéndose!¡El niño del violín!¡No, no puede ser!¡Nooooo!¡Está bebiendo de una copa llena de sangre! ¡Y la puerta está abierta y hay un hombre alto con los ojos bañados en sangre, señalándome!¡ Y con un machete en la otra mano!¡Y se ríe! ¡Se acerca! ¡Se acerca! ¡Noooooo!
Meses después unos operarios de mudanza recogen y guardan en cajas todos los objetos y preparan los muebles para su traslado.
—¡Bueno Juan! ¿Que extraño es este servicio, no?—
—¡Si, bastante! Según me ha contado la familia el dueño de esta casa desapareció hace un tiempo, sin dejar rastro y no saben nada de él. Lo que es extraño es que dejó todas sus pertenencias y se marchó, incluso desapareció sin documentación alguna. Y han decidido guardar todo en nuestros trasteros. Salvo ese cuadro que me han dicho que lo tiremos o que lo quememos. Que hagamos lo que queramos pero que desaparezca. ¿Es muy tétrico, no?— Preguntó al otro operario.
¡Si, así lo es! Lo que no entiendo es la escena. Esa mujer sin rostro, el niño del violín y la mujer acariciando a ese hombre que descansa sobre sus piernas. ¿Parece que no cuadra? No está vestido como los demás personajes ¡Parece de nuestra época! ¡Y esa puerta! —Le recorrió un escalofrío por la espalda—¡Parece estar abriéndose!
—Si, eso parece— Le contestó el otro operario.
—¡Sabes lo que te digo! ¡Se lo voy a llevar a mi hermano! Que estudió historia del arte y seguro que le gusta ¡Es que es gótico o yo que se como se dice!
Aquella noche, desde una habitación de un edificio del centro de la ciudad, se escuchó una carcajada seguido de un grito de terror y una figura extraña, con los ojos ensangrentados, señala desde la ventana tu casa. ¡La siguiente víctima eres tu!

05 de Mayo de 2017. Luis de Laos.