De qué me sirve la tierra

si no la puedo trabajar

ni sacar su fruto.

El lobo da caza y devora al hombre.

Si está cubierta de alquitrán

y en el cielo no hay estrellas, ni nubes

si no el humo de negro veneno.

El hombre devora al hombre,

le da caza,

en las fábricas,

en la oficina,

en el supermercado,

en las calles

¡Votando!

El hombre es un lobo

que sacia su sed con la sangre de los desheredados.

De qué me sirve la vida

si no puedo sacarle su jugo.

De qué me sirve amar

si no tengo la libertad que busco.

El hombre y el lobo caminan juntos

a la caza del que no quiere ser esclavo.

El hombre, pobre niño infeliz,

se queja de la policía,

del ejército,

del gobierno que elige,

de la justicia,

de las leyes,

de los sacerdotes

y de los impuestos.

Pero sueña con ser banquero

rey de oros,

el vencedor del Monopoly,

CEO de una multinacional

vivir en urbanizaciones de lujo

y morir sin ser devorado.

De qué me sirve la vida

si no puedo sacarle el jugo.

De qué me sirve la rabia

si no puedo vencer al lobo.

De qué me sirve amar

si vivo en un mundo infecto.

El hombre se queja

y acepta ser esclavo

pero no es capaz de acabar con todo

y por eso caza a los que no quieren vivir esclavizados.

No necesitamos hombres lobo, si no héroes,

hombres héroes, héroes lobo.

Lobos que cacen dioses

y dioses devorados en la tierra de los hombres.

06 de Septiembre de 2018, Luis De Laos.