La batalla por el control de los cuerpos

(Obra libertaria)

En las ondas de un viejo tocadiscos fluye tristemente Marian*….

Esto es un mundo y sólo vivimos en el.
Por donde las miradas se entrecruzan
para no ofrecerse nada.
Donde el banco te financia los pensamientos
a un porcentaje elevado
y poder apropiarse de tus sueños
para destruir la vida del desahuciado.
Sólo las sombras se pisan una vez,
en un hogar sin dueños.
Donde lobos con piel de cordero
y el corazón vacío,
acechan al rebaño alienado.
En la batalla por el control de los cuerpos
solo vence la creatividad.
La vida ya no es lo que acontece
porque la niña está en la calle,
y estremece verla olvidada, deshumanizada.
Ofreciendo su joven cuerpo a mendigos y viajeros.
Cuida de sus padres expulsados, olvidados,
parias en su propia tierra.
¡Será que ya no importa nada!
Aún quedan ideas por las que luchar,
batallas que se puedan librar
e historias que cantar.
Pregúntate si alguna vez desaparecerán
los guerreros de este mundo.
Es por necesidad, es la enfermedad de este universo.
Si, siempre habrá alguna batalla que perder
en cualquier esquina, en cualquier calle agrietada
olvidada por el tiempo y donde no saldrá jamás el sol,
– En cualquier lugar-
otra vez sonarán las sirenas de la policía,
-Apague el motor del coche y saque las manos por la ventanilla-
Identificarán a un nuevo adicto a la tecnología.
-Nuevas drogas en este hinóspito lugar-
Desde una ventana robada por las miradas
asoma el brillo de dos amantes
que apasionadamente se recitan besos, dementes.
-Versos y dinero, clientes-
Mimo entre las sábanas, receso.
En la copa Absenta y en las heridas sal
y por sus labios con anhelo versan.

Arde, arde tu erotismo en mis labios.
Arden, porque arden tus labios entre mis manos.
Ardes, mientras el suspiro siente tu cuerpo.
Siente, sientes la mirada que solo exclamas.
Sienten, sienten mis sentidos lo que derramas.
Sientes, sientes entre las sábanas y mientes, mientras eres deseada.
Miente, mientes con las sombras de los extramuros.
Mienten, mienten los sentidos cuando eres escuchada.
Mientes, mientras tus ojos anhelan deseo.

Recitan besos y monopolizan poses.
-El pago fue efectuado-
Deseo. .

Un revuelo entre tus brazos.
veneno en tus labios.
Un deseo en mis manos.
Tu y yo acalorados.
Tu y yo besándonos.
Tu y yo, solos.

Y así el pueblo emana de la nada y sucumbe en la tierra,
para no resurgir jamás.
No son nada, no existen.
Porque en su noche no viajan juntos, ni el Sol ni la Luna.
Sólo tienen furia en las venas.
Venas que necesitan seguir un corazón salvaje
que les inyecte adicciones de fortuna,
Serpientes que utilizan, para ser manipuladas,
sus palabras envenenadas.
Nada borra el paso de los gentiles,
en el paraíso terrenal.
Y ríos de tinta sangrarán de las manos del combatiente
-Que desgarra versos libres-
armado con la valentía de los sin miedo y lucha en el terral
contra el aliento del niño valiente
que ríe mirando sentado en el alfeizar de tu sonrisa.
Mientras La Furia recita versos tras las ondas,
la batalla continúa como en ese poema malgastado
Solo escuchamos historias de utopía.
-Viejas drogas para los hombres libres-
Y en el anochecer de la ciudad del mañana,
ojos vacíos de mirada vigilan desde la oscuridad
con el miedo como su vigilia más persistente.
Estos son los poderes redirigiendo el odio
que desde las ondas manipulan al rebaño, acechando,
criminalizando al pobre, alienándolo.
Irradia y rige el pensamiento único, patriarcado criminal.
Mentes libres encarnan Acracia y Libertad
que sus manos desnudas son calendas en una lucha fugaz.
En la batalla por el control de los cuerpos
solo vence la creatividad.

Y mientras anochece, desde un viejo compacto,
suena Calendas de un fugaz Invierno*.

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*Marian. Canción de The Sisters of Mercy del LP First and Last and Always 1985.

*Calendas de un fugaz invierno. Canción de Las Novias del disco Invicto 2014.