Se repite tanto el juego
sabiendo que está trucado
siendo peones de un tablero
con la partida perdida desde el principio
que si me preguntas qué hacer para cambiarlo
no sé que contestar.
Sólo que caminemos sin admitir la derrota
sin agachar la cabeza
y pisando fuerte.
Caminaremos hacia el silencio
como barricada nuestros brazos
como silencio el grito
como grito tu rabia.
Caminaremos a pesar de las piedras
carreras en los callejones
huyendo de las porras
de las falsas acusaciones
de los oportunistas de falsa bandera
de los del puño robado
de las gafas de pasta
del horizonte perdido.
Del mañana robado
de la hoz oxidada
de los politólogos de salón
de la rosa podrida
de la A cabreada consigo misma
y sin un horizonte unido.
Nada diferente.
Salvo los signos del soldado
que huye de la gente
a tierra de leyes
y seculares acuerdos vetados
protegiendo y protegido
por la burguesía que controla el juego.
Caminaremos donde nos lleven los pies
y amarre el hambre
donde el sudor nos libere
y la sangre no se derrame.
Caminaremos a pesar de las mentiras
que pudren las cabezas
que llenan de aire las neveras
y de trabajo nuestros días.
Caminaremos
y seremos sendero
en un bosque quemado
sin guia y sin destino.
Caminaremos donde nos lleven nuestros pasos
dejaremos atrás canciones de guerra
y poemas de corazones fundidos
con la lava del volcán dormido
y de juventud estúpida y rebelde.
Caminaremos donde nos lleven los pasos
y amarre el hambre
sin someternos ni doblegarnos
al poder establecido.
Si me preguntas qué hacer
está es mi respuesta.
26 de septiembre de 2019
Luis De Laos.