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Muerto

*Elegía

Otro poema para un cuento de fantasmas

El delirio, compañero eterno,

arrastra mis cadenas sin reposo

para arrojarlas al abismo de la prisión del tiempo.

Locura que sufre mi condena

en este infierno dantesco.

Falta el trapecio para saltar de tus brazos

al vacío y sobrevolar la fosa del silencio.

Ocultos, en el averno

tus ojos,

nuestros pecados,

se queman, entre las sombras,

para no renacer.

Y la sangre en polvo de un dios menor

y sus lágrimas derramadas en una botella

sacian la locura y las ganas de morir.

Y mientras me ahogo y muero,

tu sonrisa y los viejos tiempos

me señalan al pasear mi condena

por este mundo infernal.

Y las cadenas que me someten

a tu presencia mortal, no se rompen.

El abismo terrenal se llena de silencio

y tu reflejo me quema por dentro

y no me permite ver si el cielo sigue siendo azul

o si las estrellas iluminan nuestros pasos

o si todo lo que fui sigue igual

o si mi cuerpo se pudre en mi deambular

hacia la fosa del silencio y del olvido

donde me debo liberar.

Y sigues sonriendo mientras permaneces a mi lado

y señalas el camino que debo transitar

y yo sigo en movimiento

en esta condena

en mi tumba

sin descanso

enterrado.

Muerto

18 de Octubre de 2016