Presentación Laostiaputa Poética

Vida, dejadme morir

poema de amor y muerte III

Vida, me abandonas en cada instante,

en cada momento, en cada segundo.

Me dejas sin un pálpito de esperanza.

Si no fuera por esos ojos.

Moriría en un instante

en ese preciso instante

en el que no viese tu reflejo en el espejo.

Si no fuera por esos ojos, tus ojos,

andaría sin la alegría de tu sonrisa.

Estaría muerto en vida, como es

como debe ser

Nacer para morir en cada momento

en cada segundo perpetuo

que pasa el óbito

sin el trance que ocupa el lugar

de los cuervos en el cielo

arrancándome los ojos,

mordisqueando mis restos

desgarrándome la piel

y dejándome sin alas

por las que poder huir de aquí,

de este infierno.

Sin alas, sin vida, dejadme vivir.

Solo pienso y veo derrumbarse

el cielo sobre nuestras cabezas.

Solo siento la tristeza de tus lágrimas.

Quiéreme, hazlo por un instante

bésame y abrázame hasta el último momento

y harás de mi sufrimiento un deseo.

Y quizás, en ese momento,

ese precioso momento, no me sienta morir.

Quizás viva ese instante infinitamente.

Porque será lo único que sienta, que vea

que viva y que no padezca hasta perecer.

Y todo esto lo expreso con una lágrima

una sola lágrima recorriendo mi mejilla.

Es el viento, es el viento que oscurece tu cara

recordándome que solo soy arena y cal

un ser inerte en el espacio, nuestro momento,

sin vida.

Es el viento, es el viento que oscurece tu cara.

Hiriéndome, hundiéndome aún más en mi tristeza

en las montañas de la locura.

Dejadme morir