A ti y tu tristeza

Que corra la hiena

que ría sin parar.

Que corra esa hiena

que a la caza de tu sonrisa va.

Que corre y que hiere

que ríe y muere.

Rompe a pulmón abierto

los muros de tu tristeza.

Arroja al pozo donde cae el viento

los gritos de soledad.

Vierte sobre la brisa de la ventana

tus lágrimas encanutadas.

Lánzalo al abismo de tu mirada.

Grita, como animal varado

en la orilla de algún bar

Baila, como las monjas

en las noches de carnaval.

Que corra esa hiena

que ría sin parar.

Que corra ese animal hermoso,

corre que a tu caza está.

Para devorar tu alegría

y caer en un sueño

aún más doloroso.

Rómpelo y vuelve a gritar.

Arrójalo al fondo del mar.

Grita, baila y no pares de soñar.

Gritar en soledad

y naufragar en tu seno.

Como guía, tu aliento

que agita el viento

de tu barco solitario.

Que corra la hiena de tu desconsuelo.

14 de Junio de 2016