Otoño


Epitafio

Una vieja gitana me enseñó

en la ficción de mi vida

una gran lección sobre la muerte.

*“Todos vamos a morir y eso no es importante,

lo realmente importante es como vivimos.”

Un viejo y querido anarquista

también me enseñó otra gran lección,

esas que te hacen meditar sobre tu forma de vivir.

Aprendí como debo vivirla,

eligiendo la forma y que nadie puede decidir sobre ella,

salvo uno mismo.

Sin cadenas, sin amos,

viviendo libremente

con optimismo

y alegremente.

Aprendí que vas a morir

pero debes hacerlo con dignidad.

Que si existe la posibilidad debes elegir la forma,

con la gente que tu quieras, en el sitio que elijas

y vivir esos últimos momentos como mejor puedas.

También he aprendido que cualquier duro golpe que te das

es un simple bache que hay que salvar

que sólo tu puedes elegir

si va a ser doloroso o no.

Y lo que elijas serán lágrimas

de desconsuelo o felicidad.

Porque las lágrimas caen

aunque quieras evitarlo

y por ambos lados de la cara

o en el interior

quemando y arrasándolo todo

pero con distinto significado y sabor.

Saben a sal, amor

tristeza, alegría

chocolate, menta

mar, cielo

a Bukowski y a su pájaro azul

a Lorca y su romancero

a Panero y su dulce locura

a Lizano y a su Mundo real poético.

Significan besos, abrazos

momentos en grupo

instantes de soledad,

sexo.

Significan y saben

a jazmín o a dulce miel

a fría mañana de invierno

o a ese dulce sabor amargo de cerveza fresca.

A recuerdos vivos

a penas, a alegrías

a juventud y a vejez

a decisiones

a juegos de niños

o noches eternas

a nubes blancas

y a golosinas.

Pues bien, yo elijo vivir

y sentir esas lágrimas

y a ese sabor a gato libertario

que dejan sobre mi piel.

Quiero vivir con arte, con coraje

con poesía

con alegría.

Y también elijo morir

morir con arte y con la misma alegría

¡Y con la misma poesía!

Rodeado con la gente que quiero

que se sienta su calor y su vitalidad,

sin lágrimas a mi alrededor

¡Celebrando la vida!

Riendo, contando anécdotas

con buen vino,

con buena comida

¡Y porque no!¡Con unos copazos de buen ron, whisky o vodka!

¡Da igual!¡Celebrándolo al fin y al cabo!

Sin tristeza y sin melancolía.

Porque recuerda,

viviré como quiera

y moriré como mejor pueda

o al revés.

Y en mi epitafio pondrá:

Tu, muerte temprana, no me llevas,

yo me dejo llevar.

Tu, pobre muerto en vida,

piensa que tu vida tiene fecha de caducidad

¡Vívela!

06 de Octubre de 2017

Luis de Laos.

*Fiji Cavanaugh personaje de Midnight Texas

Otoño


No soy nada, ni siquiera soledad

Soy de un barrio obrero que no tenía brillo en las aceras

barrio que quiso ser rumbero

y murió en ese intento por soñar

Soy hijo del pueblo que quiso ser pájaro en vuelo

y al cielo no pudo llegar

Soy basura que arde entre tus brazos

soy combustible quemando soledad

soy el sueño que busca tu beso entre tanta frialdad

No soy nada, ni siquiera soledad

No soy sombra que busca que le muerdan la boca

ni brazo buscando un cuerpo que le quiera abrazar

ni el ojo mirando ciego la luna en el cristal

ni molinero que quiera el grano trabajar

No soy nada, ni siquiera soledad

Soy hijo de un barrio que ahora está siendo modernizado

por los hijos del capital

donde la miseria es la más rica del portal

y en los charcos navegan los barcos cargados de amonal

Soy aprendiz de brujo, poeta sin musa

poema sin palabras de libertad

Soy hijo del agobio, del delirio y de la ciudad

No soy nada, ni siquiera soledad

Viajo tras el rastro del tiempo

sin carnet y sin visado

con los pies descalzos

y la alegría que da la libertad

Las polillas que ocupan mi casa

son las mejores viajeras

en este mundo de soledad

No soy nada, ni siquiera soledad

Quizás sea tu boca en mi cara

besando las lágrimas de un día sin pan

O pájaro al vuelo que surca el techo

de este cielo de cristal

¡No soy nada! ¡Sólo viento en tu ciudad!

Aire puro con ganas de resoplar

y rompo los cristales de esta absurda ciudad

Soy sonrisa en tu boca desdentada

los mofletes rojos a punto de explotar

los labios que besan a quién se deje amar.

Se que fui un vaso vacío de vida

olvidado en cualquier bar

y ahora olvido dónde empecé esta partida

de vasos vacíos, de calles perdidas

de noches colgadas y que pude ganar.

Pero se que no soy nada, ni siquiera soledad.

03 de Octubre de 2017

Luis de Laos

Otoño


Lluvia de Otoño

La lluvia de Otoño moja y enfría la cara

y el mundo interno de cada suspiro

trae la tristeza consigo

y te avisa que pronto llegará el Invierno.

Hace pensar que el verano se marchó

para no volver, ni siquiera en tus recuerdos

que la tristeza lo barre todo.

La lluvia cae al suelo

moja y cubre el viento

los grandes pájaros se exilian

son dueños del mundo entero.

La lluvia inunda tu corazón

no hay sueños entre los besos

no existe los sueños húmedos

que se inunden de versos.

Lluvia de Otoño

calas los huesos cadavéricos del viajero

la muerte se humedece en un oscuro portal

de la gran ciudad mortal

no descansa ni con el temporal.

Lluvia de Otoño, lluvia en soledad

obligas a los sin techo a buscar refugio

para que no se humedezcan sus desposeídos huesos.

Lluvia de Otoño

obligas a los poetas

a hablar de su tristeza,

de su mal corazón

de los sentimientos que le aprietan

y los versos se inundan de pena y pereza.

Otoño, eres el frío y eres la muerte

eres el primer paso de la transformación

eres cambio de color

eres el que renueva el motor.

A mi me gustas Otoño

porque contigo renace la vida

se renueva la esperanza

y se purifica el corazón.

Quizás lo haya escrito hoy

o cualquier día de lluvia otoñal.

4 de Enero 2014