Dejad que arda el mundo
Un pueblo que se levanta contra los gobernantes ,
dementes llenos de poder y codicia.
Un pueblo que decide recuperar su voz, su libertad.
Dejad que arda el mundo
con sus torres, sus parlamentos, sus fronteras,
sus banderas y sus palacios.
Que perezca el hambre, que aflore la esperanza.
Dejad que la tierra florezca
y que nos regale sus frutos.
Dejad que florezca el comunismo libertario,
el anarquismo, la libertad
y sembrad semillas en los arrabales.
Dejad arder la servidumbre.
Dejad que mueran las vanguardias totalitarias,
dejad que arda el comunismo de estado
dejad también que ardan los capitalistas, los banqueros ,
los políticos y sindicalistas vendidos.
Dejad que ardan sus beneficios y sus intereses a un porcentaje alto,
muy alto.
Dejad que arda la explotación del hombre por el hombre.
Dejad de pagar ese precio tan alto
y liberad al esclavo que tenéis dentro.
Sembrad semillas en los corazones mortales,
dejad que florezcan los corazones indomables.
Sembrad semillas, quemad la avaricia.
Que fluya el amor entre las personas.
Dejad que arda el mundo.
A sus ejércitos, sus policías, sus jueces y sus carceleros.
A los grandes banqueros y empresarios dejadlos dentro.
Pero dejad florecer en ellas la razón,
que crezcan las niñas que llevan dentro.
Que las niñas sean quienes decidan como.
Dejemos que la inocencia decida.
No dejemos ni la última calle,
ni la última barricada
que habita en el fin del mundo,
sin arder.
No dejemos caer ni una sola lágrima.
Dejemos de soñar con un mundo nuevo,
dejemos que las niñas lo hagan posible.
Con sus juegos, sus esperanzas.
Que de nuestra ilusión crezca un árbol
que enraíce en la tierra,
que lo cope todo
llegando hasta el más negro corazón
del último rincón de esta triste sociedad
y que de frutos de libertad.
Dejad soñar y que emerja la infancia que llevamos dentro
para que madure poco la nueva sociedad.
Dejad que arda el mundo.
Dejad que vuelen los sueños.
Dejad que habiten las sonrisas.
Dejad que arda las religiones, bancos
corporaciones y fortunas.
Dejad que arda el dinero
y dejad que las indomables rompan los cristales.
Que los rompan en mil pedazos de rabia.
Que las calles ardan,
que ardan las barricadas.
Dejad que arda el mundo.
Soy culpaple de no ser inocente
soy culpable de buscar la libertad,
soy culpable si al juez hoy le parece
soy culpable y con mi vida tendré que pagar.
El Conde de Montecristo – Subversion X
