contrapoema


Camino
Camino desnudo con los brazos abiertos
a un lado de la carretera,
en la ciudad de los bajos fondos.
Me muestro como soy,
un hombre sin techo
de carnes libres de opresión
de libre caminar
de fácil sonrisa
y se, como tú, donde voy a acabar.
Vuelo libre buscando un árbol en mi peregrinaje,
hacia la tierra perdida del sol cautivo,
donde es creativo el tiempo de no mirar atrás,
ni de posarse en un mar de aguas bravas.
Sólo es tiempo de no hacernos enemigos
ni de ahogarnos en el bar.
Vuelo libre buscando mi anhelo,
sin careta que mostrar.
En el cielo abierto que luce sin más
las miradas esquivan la noche
del cielo negro y cerrado de mi ciudad.
El terciopelo de tu vieja estela se rompe
y mis manos pierden la fuerza
por el suave croar de las ranas;
que cantan al lucero,
allí donde mueren las canas.
Cantan desafinado en la humedad de las barras,
cantan un cante amargo
como el sabor del morapio;
cantan al dolor de la soledad.
La charca se inundó un día floral
con las lágrimas de las estrellas
y la lluvia de una primavera irreal.
Llenó el cielo con candelas,
manchó el suelo con los hilos de las velas,
quemó tu sonrisa viral.
Camino desnudo por el cielo abierto
me muestro como soy
voy cagando sobre coches ajenos
dejando el rastro allí donde voy.
Dejando a tu lado mi mejor poema
dejando atrás las penas
dejándolo todo atrás.
Y miento si digo que no se a donde voy
si no conozco el último suspiro
si dejo atrás aquello que no quiero
y grito al viento que se quien soy.
31 de Julio de 2017
Luis de Laos

contrapoema


Ese fui, soy y seré

No me apetece contar un cuento poco creíble, ni una historia increíble donde soy un antihéroe que ha vivido una vida durísima y que lucha diariamente por sobrevivir.

Sólo soy un antiguo delincuente callejero que robaba corazones en los callejones oscuros de un barrio obrero. Abandonado por sus propios habitantes, destrozado por la heroína en los años 70 y 80 y que le siguió una época aún más oscura entre pastillas, discotecas nocturnas y afterhours del Madrid de la ruta del bakalao. Donde unos vende obreros destrozaron el futuro de aquellas almas perdidas e inundaron las calles de Sin futuro y Oscuridad, seguidos por unos canallas que vendieron una falsa Esperanza para terminar de destrozar la vida de quien confió en ellos, inflando y pinchando un globo que jamás debió crecer.

Mis amigos y yo nadamos por un río revuelto con turbias olas que iban y venían arrancando la esperanza de sus alegres corazones.

¿Cómo explicar quien soy?¿Porque debo hacerlo?

Un corazón cicatrizado

que huye del presente

y que viaja a ninguna parte

para llegar al final de su viaje

junto a su dulce Julieta

de tez rosácea y de ojos pequeños

que iluminan diariamente

entre los alti-bajos de mi podrido corazón.

En esta soledad, acompañado

por un viento huracanado

y que dulcemente habita

junto a mi musculo acorazado

como una amapola vuela en el campo

y se posa en el suelo

luciendo el palpito

que el cielo le quiso robar.

Mis amigos ¿Dónde están?

Si lo supiera lo diría, estaría junto a ellos.¿Alguna vez los tuve o fueron producto del imaginario colectivo?

Bailamos, bebimos, reímos y lloramos por caminar nuestras propias vidas, donde solo hablaban las miradas y la risa era nuestra única esperanza. Y allí se quedaron entre risas, litros, cubatas y olvido.

Nos bebimos hasta el agua

que los aires de esperanza

dejaron atrás de nuestras espaldas

y sobre las macetas que un día rompimos

olvidándolas después de vaciarlas

y llorarlas.

Bailamos siempre que pudimos

unos toda la noche

y otros hasta el alba

de la semana siguiente

en oscuras discotecas

donde ni dios era consciente

de su propia mirada perdida.

Jugamos siempre que pudimos

con nuestros propios miedos

y siempre que perdimos

nos levantamos hasta volvernos a tropezar.

Hicimos hogueras con nuestra propia alegría

corrimos siempre huyendo

de nuestra propia policía.

Conseguimos que el vacío

que nos absorbía

se llenara con la alegría

de nuestra inocencia perdida.

Dejamos que la vida fuera un carnaval

donde nada y todo cabía

donde las lágrimas eran de pena y alegría

donde nuestras vidas eran un vendaval

donde cualquier rostro

era la esencia ganada

de una nueva amistad.

Cualquier sonrisa tenía perdida

su altiva aura si no se dejaba llenar

por nuestra esperanza dormida.

Cada domingo fue otro carnaval

donde reímos hasta llorar

y jamás nos dejamos llevar

por el amanecer que no quiso llegar.

Nadie pudo con nosotros en ninguna absurda pelea, nadie jamás pudo olvidar nuestros puños volando hacía ningún lugar y hacia todas partes.

Sólo fueron peleas callejeras

donde volaban los pájaros

y lo vasos se rompían

en cualquier cabeza adormecida

por el agitar de nuestros brazos

por evitar ser destronados

de nuestro pequeño espacio.

Con nuestros tobillos

de tipos casi indigentes

atados en piedras

como claveles que se agitan

contra el viento invernal.

Dejamos de volar alto

para aterrizar en el desalojo

de nuestro propio futuro

con agujeros en los bolsillos

Vacíos y sin un grano de arena

que nos devolviera la vida

que nos diera la libertad

que rompiese los grilletes

en esta absurda sociedad.

Fuimos ficticios actores

de nuestras peleas

de nuestros arrebatos

de nuestros miedos

de nuestros guantes robados

de nuestro propio fracaso.

Sólo fueron peleas

contra nosotros mismos

contra todo

contra nada

y contra nuestra propia existencia salvaje.

¿Cómo explicar quien fui y quien soy ahora?

Si me miras a los ojos

sabrás quien es ese niño que llora

quien es ese hombre que ríe

y porqué seré ahora,

ese hombre que vivirá

como una rosa en tu jardín

habitado por tu sonrisa

y por tu dulce mirada.

Si me miras ahora

podrás ver quien fui

quien soy

a cada paso que doy

y quien no seré

si me pisas.

1 de Diciembre de 2016

Luis de Laos.

contrapoema


Nubes ebrias

Hay nubes ebrias mojando la ciudad

emborrachando las cabezas de los muertos

llenando las copas de ansiedad.

Ya están los muertos implorando tormenta

que les calme el ruido de sables

la ciudad está llena de muertos de hambre

la ciudad siempre es un enjambre

de avispas sin alas

de abejas sin libertad

de perros sin collar

de gatos sin uñas

de ratas de ciudad

Y en las macetas de los balcones no crecen flores

crece un muro que aísla la miseria

de los corazones derrotados

y se escapan de los ojos encanutados

que pervierten el vertedero de la mediocridad

Las flores se marchitaron

al oír nuestro canto al amanecer

y las semillas volaron a otro jardín

donde la esperanza sea semilla de un hermoso rosal

la libre apariencia pasea aireando los olores

del nihilismo que se mea en su optimismo

¡Es harina de otro costal!

¡Hay nubes ebrias mojando la ciudad!

¡Ya están las ratas royendo la miseria!

09 de Noviembre de 2016

contrapoema


Dios está muerto

Dios ha muerto y las luces de medianoche

El Otoño asomó por la puerta

y se despidió al amanecer

para dejar paso al velatorio.

Dios ha muerto y la evolución del hombre.

El frío ya no cala los huesos

y la luna ya no finge tristeza.

Dios ha muerto y los pies de barro

no dejan crecer la mala hierba,

el mar se ha secado en los surcos

dilatados de tu ausencia.

Dios ha muerto y tu Bestiario imaginario

que paseaba por tu cabeza

arrastrando los delirios de la demencia.

Dios está lleno de muerte

y no ejerce su no existencia.

No rompe los cristales de las ventanas

pero apedrea vuestra vida.

Dios no está muerto, existe en las corrompidas mentes

de quien controla la apariencia.

Dios no está muerto, solo existe en vuestra cabeza

corroe el hueso del muerto

corrompe la locura de vuestra mente cadavérica

y os condena a una sometida y alienada existencia.

12 de Octubre de 2016

contrapoema


Regalaste sonrisas cada amanecer

y prestaste tu alegría cada noche

regalaste miradas de complicidad

en las barricadas del amor sin reproche

si caes en el desánimo

deja que ardan las calles

y deja atrás el silencio amargo

donde mueren las palabras.                               Por ese silencio amargo

Existen adictos de todo tipo                Adictos de por vida

Adictos al amor, al sexo,

a tu mirada, a tus ojos,

a las drogas, al alcohol

al running, al sillón ball

y al deporte más extremo, la poesía.

Pero yo solo soy adicto a ti.                 ¡Adicto por ti!

Y me dejaste en suspenso en el espacio tiempo

cuando me susurraste al oído

que te tenías que marchar.

Cuando me vence todo y tu no estás

me abandono en mi cama

y dejo que me acorrale el tiempo

hasta que tu recuerdo grita basta.

Basta y me basto

con los pies que arrastro

hacia la muerte que espero

en este mundo tan vasto.

Y en este antipoema así me expreso

poesía que no tiene ni cabeza, ni cuerpo

ni pies por los que andar

en esta senda vasta y solitaria

que me llevará donde el mar siempre muere,

junto a ti.                                                               A la orilla del mar.

Cuando deje de llover y la Luna se vea desde tu ventana

estaré bajo las estrellas intentando encontrar el mar.

Enséñame a escribir bellos poemas que hablen de las estrellas

dejándome volar a través de la escritura

y sentir la libertad a través de ellas.

Con mi renuncia a ver la gran evasión

de los hijos de la desesperación

viajaré al centro del mismo Sol

con los ojos a punto de ebullición

por el volcán de los nacidos en cualquier burdel

con mujeres de papel de fumar

y hombres forrados de alquitrán

donde buscaré ser abrasado por la soledad.

Y estallarán las cenizas en la descolorida ciudad

que ejerce el amor retribuido.

Una sílaba de un poema puede destronar el mar

si cerca de la orilla alzas contra el viento

tu reflejo en soledad.

06 de Octubre de 2016

contrapoema


Sol es un asco

está lleno de gente que no va a ninguna parte

andan sin sentido por la calle del Carmen.

Me aburre Sol

y me aburre ver la cola de doña Manolita.

Esa gente sin esperanza

sin un horizonte propio, ni claro

esperando un toque de gracia

que les saque de su aburrida y monótona vida.

Y yo soy uno de esos aburridos que pasean por la calle,

me vuelvo a casa con los libros que compré.

Estoy aburrido pero no estoy triste,

dejé la depresión aparcada en algún lugar de mi cabeza

y seguramente vuelva a llamar a la puerta

algún día.

De momento estoy feliz

Cogí la Renfe directo a Aluche

y entré en el vagón junto a la gente

aburrida.

Había muchos adolescentes que iban a algún lado

a divertirse,

¡Ya lo hacían!

Se les veía felices y alegres.

¿Cuánto tiempo tardarán en perder la alegría?

Me hago la pregunta pero tampoco me importa.

Me bajé del bus una parada antes,

en la calle de un conocido golpista,

para darme un paseo y que me diese un poco el aire

antes de llegar a casa.

Sol es un asco, está lleno de gente aburrida

pero mi calle da más asco,

no hay nadie andando por ella.

01 de Octubre de 2016

contrapoema


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Su silencio fue todo poesía para mí
aprendí mucho de ello
expresaba tanto esa mudez
que aprendí a soñar con las palabras.
Eran pájaros sin alas
que buscaban su nido entre mis lágrimas.
Siempre que se agitaba su expresivo silencio
mi mano y mi corazón temblaba
y mi cabeza no paraba de agitar las nubes.
Siempre me dijo lo que quería oír
con su mirada perdida en el horizonte
donde moría el Sol
y se alzaba victoriosa la Luna.
Y me hice amiga de ella
gracias al silencio de las palabras
al canto de los pájaros por la mañana
al vodka barato con naranja
y al inseparable abrazo de las barras
de aquellos bares que nunca olvidaré.

Y bailamos juntos todas las noches

16 de Septiembre de 2016

contrapoema


Sábado de paseo, calor y compras.

Hoy no hacía mucho calor y por el camino había sombras que mitigaban la acción del sol.

Me cruzo con gente paseando, otras van en bici, muchas.

Hay personas sentadas en el parque riendo, bebiendo.

¡Que alegre es la vida en ese instante!

Pero apenas hay locos corriendo

¡Están locos estos romanos!

Pasé por el mercadillo de Aluche, con sus cánticos anunciando chollos y con el murmullo alto del ambiente.

¡Aquí es donde estaban los romanos!

Y la policía “controlando” el ambiente.

Cuando llegué a la estación del tren un joven andaba maldiciendo y “ladrando” por la tardanza del tren. Hay tatuados paseando su obra por la estación y este chico que seguía cabreado a pesar de que llegó su deseado vagón.

Vagón que estaba lleno de gente que irán a algún sitio pero que no llegarán a ninguna parte.

El centro de Madrid siempre está lleno de personas andando.

Siempre van a algún lado a consumir.

Me compré un libro de poesía de Marwan.

Si, también consumo, no soy ningún santo.

No «vendo» discursos revolucionarios, no censuro la vida de las personas para luego repetir esos clichés que tanto critican algunos pseudorevolucionarios. Que más que querer cambiar la sociedad temen que esta cambie y perder su discurso de barricadas y batallas.

¡Son peores que los burgueses y los capitalistas!

Volví a casa.

La vuelta fue más dura el sol me daba de pleno en la cara y no había sombras donde cobijarse.

Los abuelos ya no estaban en los bancos de ajedrez, solo un hombre que leía un libro acalorado y ya no había gente sentada en el parque. Sólo una pareja preparando un cumpleaños. Se les veía felices.

¡Que calor hacía!

Me hubiese parado en algún bar a refrescarme pero hace años que no lo hago por norma. Ya no me castigo el hígado ni el cerebro.

Llegué a casa, encendí el televisor y la misma mierda de siempre.

Bebo agua y me hago la comida.

¡Otro sábado más que sigue sin pena ni gloria!

10 de Septiembre de 2016