Cuento


“El reloj pasa y los amigos se pierden

el susurro del tiempo es un mal enemigo

que canta las viejas heridas de un corazón marchito

y los viejos amigos vuelven si no los quieres olvidar.”

Lobo Sarnoso

Corazón marchito

Con dos copas de más aprendimos a volar

con dos copas de más aprendimos a soñar

con dos copas de más aprendimos a llorar

con dos copas de más aprendimos a olvidar

Se perdieron los viejos recuerdos

olvidamos las idas y venidas del Madrid añejo

de calles oscuras e historias de viejos bandoleros.

Las noches se fundieron en mil elementos

las estrellas fueron nuestras luces de contrabando

y cada luna llena fue un chivato en nuestras manos.

Llovía en nuestros zapatos y palabras vacías en nuestros labios

nuestras viejas batallas nunca fueron batallas

y de nuestros ojos vidriosos sólo brotaban lágrimas de cocodrilo.

Esas lágrimas eran saciadas

con el neón de un pelotazo de alcohol podrido

y no había mirada que nos alegrara

ni rubia que nos saciara

ni papel que nos librara de aquella vieja batalla

que perdimos cada noche que salimos sin vivir.

Nos perdimos en la noche en un Madrid podrido

jugamos al juego de los perdedores

y perdimos la vida por aparentar existir.

 

¡A pesar de todo mereció la pena!

22 de agosto de 2017

Luis de Laos

El cuadro
Hoy es el día. Hoy me han traído el cuadro que heredé de mi tío abuelo. Mi tío abuelo era un hombre solitario y bastante antipático, soltero y sin descendencia. Nunca se casó pero convivió con una mujer muchos años y tuvo un ama de llaves, que según me contó mi padre era bastante extraña y muy misteriosa. Se contaba por el pueblo que esa mujer venía de las tierras del norte, de los bosques, y que era una bruja. Nadie se atrevía a hablar con ella, apenas la trataban y la huían si la veían en la lejanía. Cuando hablaban con ella intentaban no enfadarla y acababan pronto la conversación, por miedo.
El cuadro no se cómo es pero según me contó mi padre es espeluznante y terrorífico. En su día mi tío abuelo se lo quiso regalar pero mi padre no lo aceptó. Me contó que le causaba pavor y mucho terror verlo, que era una escena muy oscura y dantesca. Según el, trataba sobre una habitación victoriana coloreada en tonos negros en el que había una mujer muy pálida, se reflejaba la muerte en ella, meciendo a un bebé entre sus brazos que parecía estar llorando. También había otra mujer, a la derecha del cuadro, que no tenía rostro y de luto absoluto que parecía frotarse las manos y que le colgaba una llave del cuello. También había un niño que tocaba el violín. Pero lo que le causó más miedo fue la puerta que estaba al fondo de la habitación. Parecía estar en movimiento, abriéndose con la ayuda de una mano con largas uñas.
22:00 del mismo día:
Es el momento de abrir la caja y colgarlo.
En el salón quedará bien, justo encima del busto de mi abuelo.
Así es, es como me describió mi padre, pero la puerta parece estar abriéndose con la ayuda de la misteriosa mano. ¡ Desde luego la escena es espeluznante! ¡ Me estoy dejando llevar por la sugestión! ¡Será mejor que me acueste!
Por la noche, de madrugada:
¿Que hora es? ¿Y que ruido es ese?¡Parece el lloro de un bebé!
¡Viene del salón!¿Que oigo?¡Una mujer suplicando!
¡Dios mío! ¿Quién ha gritado?
Ya no se oye nada, hay un absoluto silencio ¡Iré al salón!
¡Dios mío! ¡Que horror! ¡El cuadro!¡El cuadro ha cambiado! Está la mujer degollada en la silla! ¡Y la misteriosa mujer sacándole las entrañas al bebé! ¡Ahora tiene cara y parece estar riéndose!¡El niño del violín!¡No, no puede ser!¡Nooooo!¡Está bebiendo de una copa llena de sangre! ¡Y la puerta está abierta y hay un hombre alto con los ojos bañados en sangre, señalándome!¡ Y con un machete en la otra mano!¡Y se ríe! ¡Se acerca! ¡Se acerca! ¡Noooooo!
Meses después unos operarios de mudanza recogen y guardan en cajas todos los objetos y preparan los muebles para su traslado.
—¡Bueno Juan! ¿Que extraño es este servicio, no?—
—¡Si, bastante! Según me ha contado la familia el dueño de esta casa desapareció hace un tiempo, sin dejar rastro y no saben nada de él. Lo que es extraño es que dejó todas sus pertenencias y se marchó, incluso desapareció sin documentación alguna. Y han decidido guardar todo en nuestros trasteros. Salvo ese cuadro que me han dicho que lo tiremos o que lo quememos. Que hagamos lo que queramos pero que desaparezca. ¿Es muy tétrico, no?— Preguntó al otro operario.
¡Si, así lo es! Lo que no entiendo es la escena. Esa mujer sin rostro, el niño del violín y la mujer acariciando a ese hombre que descansa sobre sus piernas. ¿Parece que no cuadra? No está vestido como los demás personajes ¡Parece de nuestra época! ¡Y esa puerta! —Le recorrió un escalofrío por la espalda—¡Parece estar abriéndose!
—Si, eso parece— Le contestó el otro operario.
—¡Sabes lo que te digo! ¡Se lo voy a llevar a mi hermano! Que estudió historia del arte y seguro que le gusta ¡Es que es gótico o yo que se como se dice!
Aquella noche, desde una habitación de un edificio del centro de la ciudad, se escuchó una carcajada seguido de un grito de terror y una figura extraña, con los ojos ensangrentados, señala desde la ventana tu casa. ¡La siguiente víctima eres tu!

05 de Mayo de 2017. Luis de Laos.

El Ratón Perico.

Escrito el 12 de Octubre de 2012

Nota:En mi puesto de trabajo hubo un tiempo que en el turno de noche nos visitaba un ratón para comer las migas que le dejábamos. Le puse de nombre Perico y escribí en los ratos de aburrimiento en casa dos historias un poco absurdas para la diversión de mis amigos digitales.

Estaba muy tranquila la noche en mi puesto de trabajo, quizás demasiado. Hasta que he empezado a sentir un alboroto desde la lejanía. Era un sonido rítmico, sonido parecido al de tambores pero lejano y con acompañamiento de flautas. Cuando me he querido dar cuenta ya tenía encima de mí una batucada ¡De ratones! Si, ratones y a la cabeza estaba Perico, gritando y jaleando – ¡Menos raticida y más comida china! ¡Menos raticida y más comida china! Y entre los gritos de más de 100 ratones que había manifestándose (1000 según los convocantes, 20 según la delegación de gobierno) se oía unas consignas especiales, una consigna poco habitual para un ratón. Las consignas que se oían eran – ¡No hay pan para tanto chorizo! ¡No hay pan para tanto chorizo! ¡Menos crucifijo y más trabajo fijo! Y al momento todos los ratones se callaron y se giraron sobre sus patas para mirar al intruso y vieron que era…….. ¡Uno del 15M!
Este al verse observado preguntó con cierto despiste – ¿Esta no es la manifestación de Ocupa el Congreso?- A la que todos a la vez le espetamos – ¡Noooooo! ¡Perro flauta!- Asustado y avergonzado se fue pidiendo disculpas – ¡Perdón, perdón! ¡Me he equivocado! ¡Lo siento, lo siento! ¡Disculpe! Cuidado caballero, no le pise el rabo
¡Malditos 15Mayistas! ¡Están en todas partes! ¡Sigamos compañeros!- Gritó Perico enarbolando su pancarta mientras de seguido gritaba ¡Menos raticida y más comida china! ¡Queremos nuestra porción de queso! ¡Queremos que la porción extra de Septiembre sea entera!

Hoy el ratón Perico ha salido de su escondite y pancarta en mano me ha reclamado «Menos pan duro y mas chorizo ibérico»
Me he reído a pierna suelta y el se ha puesto a bailar una sardana mientras gritaba ¡Viçca Catalunya lliure! ¡Esto en Cataluña no pasa!
Yo contraatacando me he puesto a bailar y a cantar un Chotis. ¡Con un par! ¡No va a ser más que yo!
Al verme ha soltado una carcajada y con ironía me ha dicho:
¡Colega! Bailas y cantas algo que, originariamente, no es ni español y ni castizo, es de origen alemán.
Me he quedado ojiplático, asombrado. ¿Que hago hablando con un ratón?