Poema


Algunas noches

Aquellas noches que no se olvidan

Algunas noches conseguí que la luna
bajase conmigo a beber
-como los gatos en los tejaos-
las migajas que el pasado
no quiso perder
-las lágrimas de los embotellaos-

Encendimos la mecha

de nuestros ojos de poeta

y quemamos la llama

aquellas noches interminables

donde la luna aprieta

y lloraba cabizbaja

cuando el sol asomaba por tu ventana,

tocaba despedirse hasta una nueva salida.

Aunque continuaba con mi partida

sus ojos vidriosos se despedían.

Mil lágrimas embotelladas

en frías jarras de alquitrán

perdí la vergüenza entre los barriles de cerveza

mil sonrisas olvidadas

aquellas noches de amargo paladar

donde se mostraba turbia mi dolorida cabeza.

Noches donde un gato cabreao

paseaba su careto olvidao

allí donde le quisieran aguantar.

Escrito cualquier noche de salida con la luna,
aquellas noches interminables.

Septiembre 2016

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Su mirada.

Poema de amor y muerte V

Y aquella sonrisa inerte
señalaba mi almohada.
Sonrisa como la muerte
que se funde en mi mirada.
Ojos vacíos de presente
que se pierden en la nada.
Mirada que espera la muerte
en los nichos de su cara.
Nadie quiere tenerla presente
ni cerca, ni a los pies de la cama
pero esperan siempre pacientes,
su inminente llegada.
Siempre que hablo de la muerte
y de su sombría mirada
se turbia el ambiente
y se hiela mi cama.

Entre el 11 y 12 de Septiembre, por la noche.

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Su mirada. Poema de amor y muerte.

Poema de amor y muerte II

ELLA – SUS OJOS (Carta de un condenado)

Vida, dejadme morir. Poema de amor y muerte III

Epitafio, desidia

Ansiedad. Poema de amor y muerte IV

Camino Átropos. Cuchilla, pastillas, alcohol, soledad y olvido.

Averno

Silencio. Poema de amor y muerte VI

Sonidos (Egon Soda)

Entre azules y rojos

es el ruido de los despojos

que abandonados yacen en el corazón.

Entre los bancos de los arrabales

un niño espera fumando

la sonrisa del dios Sol.

Entre los casos resueltos

y los pactos de Estado

la oveja muere

sin conocer la verdadera nación.

Son los sonidos del eco redentor.

Y así que suene el despertador

a la hora de romper los caudales

del río a punto de desbordarse

Amor enloquecedor

Así grite el ruiseñor

al arrancar a volar

por abrazar las nubes en el diluvio universal.

Locura transitoria de cualquier amanecer.

Los ricos son la batalla a punto de perder

y a los pobres les arrebataron la sonrisa mañanera

Su saber es la vida ganada

a cada paso pasado del anochecer.

Así sueña el corazón

al oír el sonido enriquecedor

de los pájaros cantando por desamor.

Sonora mi radio Egon Soda

Son los vatios insonoros de lo más chic.

El sonido embaucador de la no-imagen

entre bambalinas y pasos de baile.

Muere la creatividad

al no reproducir su música.

Mis oídos se enriquecen

al escucharlos otra vez.

Turbio es el ruido de la resaca

en las horas que pasan sin cuartel

sin vida, sin movida y sin la parca

que todas las noches vuelve a por mi.

Su sonrisa me acaricia la infancia

y me domina la esperanza

donde quiere el eterno morir.

Y las negras sombras de hombres

que quieren permanecer

en este mundo de idiotas

que beben hasta el anochecer.

Muere y vive sin cuartel.

Cualquier momento es bueno para decirlo.

Septiembre

No se que escribir
no viene a saludarme la inspiración.
Si escribo es para hacerlo sobre lo mismo de siempre.

Es Septiembre,

un mes de reencuentros para unos

y para otros un mes más,

donde nadie se va voluntariamente.

No se marchan las hormigas del hormiguero

sin que la reina decida emigrar

y aún así, antes morirán en el intento.

Es Septiembre y no se que escribir

estoy aburrido de tanto esperar

que la inspiración me salude

¿Acaso existe o es una ilusión?

¡Pues la espero!

A que me diga sobre lo que debo cantar.

Que me coree al oído

la tarara que mis dedos bailarán.

¿Existe la razón?¿Existe?

A mi hace tiempo que me quiso abandonar

y no me dejó, no se marchó.

¡Eso creo!

O quizás jamás existió,

fue solo una ilusión.

Pero no deja de ser Septiembre

y este año es caluroso

demasiado para los pobres

que tienen que trabajar con este calor.

Septiembre y el fin del verano

empiezan las depresiones y las ganas de morir.

A mi no me puedes, Septiembre.

A mi no me ganas, Septiembre.

Porque siempre me has gustado

siempre te quise como al que más.

¡Quizás hoy!

En algún momento entre Agosto y Septiembre.

Las cenizas bailan en el aire

mientras la tormenta se aleja

sin dejar huella, sin relámpagos.

Sin tener que gritar al horizonte

que nunca volverá.

Quieres escapar de esta tormenta

dejar que las cenizas bailen

alejarte de esta pesadilla

sin tener que gritar.

Volver a tener ese sueño

que dejaste bailando en el aire

y que no se pudo renovar.

Los nervios que salen a correr

cuando nada cambia

y la trinchera se rompe

si no se deslizan tus caricias.

Donde la tristeza ganó la batalla una vez más

y el mundo se vuelve más que palabras,

una pesadilla sin final.

¿Que hacemos mejor que soñar juntos?

Y juntos empezaremos a volar

por la ranura donde escapa nuestro empeño

por la ruta donde planean los pájaros

de libre cantar.

Yo también, como tu, quiero escapar

de este mundo dantesco.

Tengo miedo y me cuesta combatirlo

aunque tengo la herramienta perfecta;

tu, nuestros sueños y las ganas de cambiar.

En algún momento entre Agosto y Septiembre.

No queda nada de inspiración
los pequeños detalles desaparecieron.
No queda nada en esta habitación
y se perdió la certeza de quienes soñaron.
Se acerca septiembre y el final del verano,
la vuelta al trabajo y a la rutina diaria,
eso mata la creatividad de cualquiera.
Ya no escuchas la sirena detrás de la trinchera
y rompes los barrotes que ocupan la frontera.
Frontera que limitan nuestros cardenales.
Barricadas en la sombra
barricadas mortales
Barricadas en los museos
o en todas las ciudades.
Barricadas abanderadas
Barricadas habaneras
negras banderas en los arrabales
Ya no queda inspiración, solo indiferencia.

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Madrid

Guardo en el calor de mis entrecejas

un corazón en duelo

y las espinas de un rosal.

Visto que al calor de mis entretelas

los actos son más que nuestras palabras

cuando tu sonrisa se convierte en amonal.

Y a medida que el sol se aleja de las plantas

y la noche ya no me alienta.

Mi corazón se parte en mil palabras

cuando la razón empieza a desaparecer.

Hoy los pájaros ya no cantan

porque la madrugada se ha convertido en anochecer

solo cantan tonterías nuestras palabras

que los pájaros jamás van a entender.

Como un guijarro entre las cejas

que quiebra mis entretelas

cuando tu no quieres avanzar.

Me vas a dejar decir

lo que no quieras oír,

me vas a dejar gritar

lo que no quieras escuchar.

Y si son palabras que quebrantan la mañana

las llenaré de amonal

para que no puedas parar la onda expansiva

y su mensaje rápidamente se extenderá.

Somos hijos de un horario

que cualquier día dejaremos de utilizar

y nos guiarán los sueños

que nos mostrarán como salir de aquí.

Nos alimentará el oxigeno de las plantas

que tiñen tus labios de carmín.

Al anochecer saldremos de aquí

los sueños no cesarán de fluir

y nos llevarán sin aliento fuera de Madrid.

Claudicaron los hijos de lo eterno

por verte sonreír.

Los cuervos siguen vivos en los cielos

en busca de los hijos del viento

que sueñan con cambiar lo que pudre tu jazmín.

Los buitres se alimentan de los restos

del naufragio que aquel Mayo quiso partir.

Encalló una noche de verano

porque tus restos no quisieron estar allí.

Y seguimos aquí, luciendo Madrid

queriendo encontrar el aliento

que nos haga vivir.

Y guardo en mis entretelas

un corazón ardiendo

y espinas de un rosal

que al calor de tu sonrisa quieren brotar.

29 de Agosto de 2016

Soy un chaquetón disoluto
Que roba tus besos
Todas las mañanas del año 
Un tipo a veces alegre
Y otras bastante bruto
Jamás cambiaré tus besos
por los más tristes versos
Ni tampoco cambiaré nada
de lo aquí vivido
Todo lo que hice lo hice
por que así lo he querido
y nunca me mostraré arrepentido
Viví los sueños
Viaje hacia ninguna parte
Viví sin dueños
Desde mi triste habitación
Perdí el sueño bailando
Caminaré mi presente peleando
Denunciaré la despedida gritando
Y bailaré tus ojos besando
Los niños del parque lo verán danzantes
Que los hombres yacen libres
Si sus ojos brillan siendo los príncipes en este verso

Laostiaputa bones [176x144]

Guardaré en mis ojos

tu última mirada”

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Miradas

que se cruzan en mi camino

Miradas tras una ventana
Miradas que miran más allá
Miradas que hablan
Miradas que no dicen nada
Mirada vacía, mirada cansada
Ojos que no mienten.
La mirada de un viejo niño
que perdió en el horizonte toda esperanza
de recuperar la inocencia de su infancia;
la mirada de un niño que acaba de llorar.
Miradas que se entrelazan
tras la cristalera de una parada
cómplices y llenas de deseo
de quien está aprendiendo a amar.
Mirada cansada que no ve el final
del día
para poder desaparecer entre las sábanas
y esperar que pase otra noche más.
Mirada del quien espera el abrazo
que le ofrezca el descanso y el aliento
para continuar.
Sentimientos que se cruzan con mi torpe caminar.
Miradas desde los bancos del parque
que se muestran alegres
que se ríen conjuntamente
que beben, miradas que cantan,
que piden, miradas que sonríen,
que sienten, miradas que lloran.
Miradas que lucen tristes
Miradas que no saben hacia donde van
Miradas perdidas, superficiales
ojos grises, sus lágrimas me atrapan.

Cuéntame donde vuelan tus ojos
para yo poder aterrizar allí
alcanzarlos y besarlos.
Muéstrame el camino donde se pierden tus pensamientos
para ir yo detrás,
tropezar con tus ojos vidriosos
y poderlos auxiliar.
Quevedos en las paradas
Sentimientos tras las esquinas
Ojos de mirada truncada, de vieja cansada,
de sufrida convivencia, de juventud gastada.
Miradas jóvenes, alegres,
ojos juguetones, seductores, pasionales.
Fanales que dicen mucho y no ofrecen nada.
Las miradas que todos los días se cruzan
en mi torpe caminar.
Y vuelvo a mi morada
y mis tristes luceros se encuentran
con el niño que nunca quiso cambiar.

El niño cansado de tanto correr
hacia ningún lugar.
Miradas, miradas, miradas.

Miradas que se cruzan en mi camino
miradas que tropiezan con mi torpe andar.

27 de Agosto de 2016

Ecce hommo

(Insomnio)

Hasta aquí llegó su vuelo,

hasta los piojos le dejaron de acompañar

La noche se apodera de la mente

y el viaje comenzó a andar,

noches de insomnio y ansiedad.

Los huesos te gritan que no aguantan ya

y los putos nervios a flor de piel.

Lo que queda de ti comienza a volar

En el equipo suena everythings ruined

se alborota la guitarra meditando jazz

el disco se rayó de tanto escuchar Deltoya.

Un solo de guitarra en la cabeza

y la saliva atravesando la piel,

la sangre se envenena

la mente se llena de hiel.

Y ahora la lluvia canta la mañana

sobre los tejados en ruinas.

La luz se vuelve una amalgama de colores

llenando las peceras del señorío

de colorido paisaje, delirio del pintor

que pincelada a pincelada

dibuja el jardín del Edén

tiñendo los ríos de negro

burlando la seguridad de los muros

que cubren el vivo jardín.

El oxígeno se mudó a veneno

a la hora de dormir.

Ahora la casa está en ruinas

y la tierra estéril ya no descansa;

sabe que va a morir,

se mueve estando estanca,

alrededor de los sueños.

El sol se apagó en este frío invierno

y el agua está envenenada por el sudor

que dejó la lluvia en los cristales.

Sudan los ventanales por el calor de la sangre

y empapa la frente el viaje hacia la Nada,

donde la muerte te espera en cualquier lugar.

¿Y este es el hombre?

Este es el hombre, se dice poeta.

Aquí está el insomnio, su dueño.

Finales de Agosto de 2016.

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