«Ya no aullará más el lobo
y no buscará el abrigo de la luna
y no caminará sobre la tierra.
Ya no irá a tu ventana
para escaparos una noche más
hasta el amanecer.»
Lobo Sarnoso

Si los delirios del clima
no se han ido
y no vuelve a llover.
Si los campos se murieron,
el agua no mojó tu cara,
y el aire se sintetiza sin besarte.
Es porque no quedan dudas,
es porque no queda vida
y ya no queda nada
que nos pueda ofrecer un nuevo día
o una nueva gota de lluvia
y un poco de alegría en este mundo podrido.
Acabaremos por recordar
como era ese instante
cuando comenzaba a llover
y las flores saludaban tu ventana
y las gotas se deslizaban por el cristal
hasta mezclarse con tu sonrisa
¡Y tu esperabas!
Las seguías con tu mirada
hasta que el marco de la ventana las decía…
¡No avanzaréis más!
Se acumulaban en el bordillo
para caer al suelo,
empujadas por las ganas de volver a ver el sol
¡Y las gotas gritaban de júbilo!
¡Porque iban a unirse con la madre tierra!
¡Y tu esperabas tras la ventana!
La llegada del relámpago
y el grito enrrabietado del trueno.
Si no vuelve a llover,
si no vuelven las nubes a cubrir el sol,
si no vuelve el cielo a querer
mojar tu dulce azul.
Si no vuelve a llover
y tu no vuelves a ver un cielo tan azul,
mientras suena un blues.
La vida será un eterno rival,
un espejismo irreal,
un abismo sideral.
Si no vuelve a llover,
la tierra será una eterna oscuridad,
un tiempo sin retorno,
un abrazo sin cariño,
un jardín sin vida.
Desaparecerá la lluvia,
tus besos serán lágrimas sin vida
y de tus venas no correrá la savia
que una rosa necesita para brotar.
¡Que vuelva la lluvia!¡Que no llore la tierra más!

 

14 de Agosto de 2017
Luis de Laos

Working Class

Vuestro presente es la suma de los factores del pasado
El futuro es vuestra constante
¡Ay!¡La alegría de vivir!¡Cómo la habéis olvidado!
Adaptarse también es vuestra muerte
Las fronteras, vuestra muralla mental.
La clase media es una entelequia,
una tragedia moderna
un espejismo en el horizonte.
El dinero vuestra pandemia,
un contrato vuestras cadenas.
Vuestra religión es el ego,
el Estado y sus gobiernos.
¡El patriotismo!
¡Ay, el patriotismo!
¡Cuánta estupidez en una sola palabra!
La libertad es vuestro pecado
La ley es vuestra prisión
El colegio, el instituto, la universidad vuestra doctrina.
La locura sin ser insurrecta,
¡Una absurda idea!
Los impuestos
La burocracia
Las drogas
El alcohol
El juego
El consumo
La apariencia
Las fiestas
La boda
los hijos
El bautizo
La comunión
El divorcio
El Machismo
los privilegios
¡Los privilegiados que nos esclavizan!
El tiempo
El trabajo
El salario.
La playa
¡Las Vacaciones!
¡Ah, las vacaciones!
¡Cómo pesan esas cadenas!
¡Y que bien sujetan!
El sindicato
El delegado
¡Las huelgas!¡Malditos privilegiados!
Los partidos y su corrupción.
La Jubilación
El desempleo.
El mundo no tiene barrotes
vuestra mente si.
¡Ah!¡Que pena de Working Class!
¡Se nos ha olvidado soñar, reír!¡Vivir!
Sois lo viejo disfrazado en la nueva clase trabajadora.
¿Clase media?
¿Y porqué no ser todo y nada a la vez?
¡Sin dominantes, ni dominadas!
¡Compañeras!¡Mamíferos!
¡Cómo gritó Lizanote!

12 de Agosto de 2017
Luis de Laos

La noche no volvió a tener tu mirada

¿Es por mi, es por ti o es por todo?
¿Es porque estoy anulado?
¿Es porque así lo quiso un Dios menor?
¿Es por amor o es para sufrir dolor?
¿Es un te quise pero no,
o es un doloroso para siempre?
¿Es por mi o por tu insensata locura?
¿Es porque si, o es que quizás no sucedió?
¿Es por ti o por el dolor de un corazón errático?
¡No lo se!
Pero se que la noche no volvió a tener tu mirada
y mi corazón florido no supo llorar.

07 de Agosto de 2017
Luis de Laos

¡Ah! ¡La soledad! ¡Que duro castigo!
¡Puedes estar rodeado de tus mejores amigos
y estar más solo que la una!
¡Ah! ¡La soledad! ¡Bendita bendición! ¡A veces!
¡Puedes estar rodeado de los que más quieres
y estar deseando la soledad!
¡Ah! ¡La soledad! ¡Que deseo con barrotes!
¡Que losa más pesada!
¡Que vida solitaria!
¡Ah!¡La soledad!
¡Ni pan sin agua, ni agua en los ríos!
Solo el canto del agua surcando el bosque
y los pensamientos huyendo del bullicio.
Sólo ruido en la noche y silencio en mi sino.
¡Ah!¡La soledad!
¡Maldita losa!¡Maldita verdad!
Y que bien se está en la más absoluta soledad
sin oir llorar al niño,
sin oírlo en sus juegos,
ni berrinches,
ni lamentos.
Que bien se está sin oir la aspiradora,
ni los gritos de los vecinos,
ni a los vecinos jodiendo,
ni oírlos gemir,
ni cantar,
ni corriendo.
¡Ah!¡La soledad!¡Que gran invento!
¡Aquí estoy, solo!¡Escribiendo!
Sobre la soledad que ya no siento
Ya que tu estás en mis pensamientos
y se que esto lo estás leyendo.
¡Ya no me siento solo!
¡La soledad!¡Que gran invento!

08 de Agosto de 2017
Luis de Laos

 

Los manteros huyen del madero

Paseo por la Gran Vía de Madrid

y mil idiomas turistean por aquí.

No se oye ni una palabra de esperanto,

ni si quiera lo hablo yo conmigo mismo

y ya se me ha olvidado.

Los manteros huyen del madero.

Los vagabundos sentados al sol

esperan a que algún ingenuo turista los dé una moneda

mientras acarician al perro que los acompaña.

En Montera unos policías rodean a uno mientras una joven conversa con él

y observa al perro que hay a su lado.

Parece que el cachorro está drogado.

Unas chonis palmean en la estación de tren al ritmo de trap.

Se colocan el pelo mientras cantan y palmean, llaman la atención.

Dos chicas se acarician con la dulzura del amor, se besan.

La Gran Vía está tan abarrotada de personas que apenas se distinguen las tiendas.

Si aquel reyezuelo que ordenó construirla viese como de transformada está,

obligaría a sus parientes a abdicar e instauraría la república.

Pero nada cambiaría con una república y con la continuidad del Estado.

Los manteros huyen del madero.

Pelos multicolores esperan al tren, el rosa es el predominante.

Hay uno verde, pero es un viejo que no le quita ojo a una joven.

Esperan la llegada del tren, se hace larga

y los ojos se funden con las pantallas del teléfono.

El cerebro hace tiempo se fundió.

Una mujer trans se acicala el pelo,

un borracho duerme la mona.

Un joven no le quita ojo a la mujer

y yo vuelvo a mi casa.

Los manteros huyen del madero.

05 de Agosto de 2017.

Luis de Laos.

 

Cuando todos nos marchemos

 

Cuando todos nos marchemos de este barrio

quedará la música de nuestros labios,

aunque no quede nadie que la quiera cantar.

Estará en el canto del pájaro,

en el silencio de la noche,

en el silbido del viento.

Quedará en el agitar de las ramas,

en la tormenta tropical,

en el galope del caballo,

en el aullido del lobo

y en las flores de la ciudad.

Y cuando no queden poemas que recitar

nos quedará el canto del mirlo

o de las gotas de lluvia rebotando

sobre el ventanal de tu camastro.

Cuando todos nos hayamos ido,

quedará el canto del petirrojo

en el azul del cielo lejano,

en los bosques, en los campos

y en el sonido de su corazón eléctrico.

Cuando todos nos marchemos de este barrio,

sonará el canto del ruiseñor

volará libre a cielo abierto

y cantará cada mañana en un eterno abril.

Cuando ya nadie cante a la mañana,

quedará el sonido del canto del jilguero

único campero que canta libre

y muere si cae prisionero.

 

¡Cómo yo! ¡Que muero por vivir!

Que me siento preso en este mundo servil

por eso canto un cante libertario

y vuelo libre como los pájaros

buscando cómo liberarnos y salir de aquí.

Cuando todos nos hallamos marchado,

quedarán el mirlo, el ruiseñor y el petirrojo,

con su cante apasionado,

volando sobre los campos

o cantando libres en cualquier jardín abandonado

 

 

05 de agosto de 2017

Luis de Laos

 

Incendio forestal

Verín, Yeste, Alto de Buey o cualquier lugar

El bosque va quemando, quemando su rostro

y el olvido va dejando, dejando atrás su estrella.

Hay cadáveres sin descomponer en la retina,

cadáveres que descansan bajo el polvo.

Bajo los restos está el naufragio,

bajo la tristeza, crece el problema.

Bajo la agonía muere la tierra.

La locura no tiene conciencia,

conciencia perdida por la estulticia

y la acción directa contra el fuego,

allá,

en la Serranía.

Las brigadas están luchando contra las llamas,

dejan su piel y las fuerzas.

En los rescoldos, la barbaridad.

Se queman las lágrimas por la tierra.

El tigre avanza en la lejanía

comiéndose la “Musa Verde” y la alegría,

mordiendo con aliento de fuego la Serranía.

Va talando cada árbol su cordura,

ha enterrado cada árbol su memoria.

El fuego devora el bosque encantado,

los rostros gastados y el viejo linaje.

El bosque va talando, talando su rostro

y el árbol putrefacto va dejando su huella.

Va quemando, quemando cada árbol,

va quemando su existencia.

Extendiéndose cada llama,

en cada lágrima,

en la noche,

al amanecer,

al Alba.

El abandono y la muerte de esta tierra mía.

El bosque se va quemando,

quemando por el abandono.

El abandono lo va quemando todo,

quemando por avaricia.

La avaricia va avanzando, arrasando,

quemando esta tierra mía.

Y la tierra va muriendo,

se va quemando cada día.

04 de Agosto de 2017

Luis de Laos.

Bellos pardos

Bellos pardos lucen cada mañana

iluminan con la luz de una supernova.

Bellos pardos lucen esta galaxia,

Orión envidia mi almohada.

Bellos pardos me besan en la madrugada,

bellos pardos que mi corazón roban.

Arranca de mi tu mirada

porque me quedo ciego si no me abrazas.

04 de Agosto de 2017

Luis de Laos

¡Que sueño tengo!

¡Llevo todo el día durmiendo!

Duermo con la persiana cerrada para que no entre la luz,

también cierro la puerta de la habitación

evito ruidos inesperados.

Descuelgo el teléfono para no recibir llamadas molestas.

Duermo a ratos,

con un ojo abierto y el otro cerrado;

cualquier ruido me desvela

y no me deja dormir.

Ahora en verano sudo como un condenado

y me despeloto para dormir.

¡Todo me molesta!

¡Ahí! ¡Con los Lereles libres, colgando!

No tengo aire acondicionado en casa

y sudo como un pollo asado por este calor de verano.

Hoy me acosté sobre las ocho y media o nueve,

no lo sé, no soy consciente de cómo lo hice.

¡Desde el sofá a la cama!

¡Y no sé cómo llegué allí!

¿Me levanté como un bailarín de ballet y llegué danzando?

¿Me dejé llevar como el polen empujado por el viento?

Seguramente dando tumbos de una pared a otra, medio sonámbulo.

¡Cómo un zombi yendo al trabajo!

El caso que apenas duermo

Me despierto cada hora y me vuelvo a dormir.

Así hasta que mi cabeza dice ¡Basta!

Y mi cuerpo adormecido se levanta sin ganas.

 

Me preparé la comida, Hummus de garbanzos.

Comí e intenté dormir.

Me tomé una infusión y caí rendido.

Y así hasta que mi cuerpo dijo de nuevo ¡Basta!

Y mi cabeza resacosa se despertó sin querer comenzar a trabajar.

¡Me levanté sin ganas de ná!

¡Con el hastío que da dormir de día!

Hoy tengo un sueño de mil demonios

estoy cabreado y mañana lo estaré más.

Porque el cansancio se acumula

y lo que no descansas no lo vuelves a recuperar

hasta pasado un tiempo.

Pero el cabreo sigue ahí hasta que te pegas una hostia contra algo

o te tropiezas y te das en el dedo más frágil del pie

y te echas a llorar como un bebe con hambre,

con tus lágrimas de cocodrilo,

tus sollozos y lamentos de niño pequeño.

Y en ese momento te despiertas como por arte de magia

y te vuelves a tropezar con algún esquinazo

pero no porque estés dormido

porque eres un torpe y siempre lo haces con algo.

Y en ese momento te acuerdas de todo y de todas.

¡Menos mal que esto es por poco tiempo

y dentro de nada volveré a no dormir por las noches!

¡Y ese es otro cantar!

 

03 de agosto de 2017

Luis de Laos.

Camino
Camino desnudo con los brazos abiertos
a un lado de la carretera,
en la ciudad de los bajos fondos.
Me muestro como soy,
un hombre sin techo
de carnes libres de opresión
de libre caminar
de fácil sonrisa
y se, como tú, donde voy a acabar.
Vuelo libre buscando un árbol en mi peregrinaje,
hacia la tierra perdida del sol cautivo,
donde es creativo el tiempo de no mirar atrás,
ni de posarse en un mar de aguas bravas.
Sólo es tiempo de no hacernos enemigos
ni de ahogarnos en el bar.
Vuelo libre buscando mi anhelo,
sin careta que mostrar.
En el cielo abierto que luce sin más
las miradas esquivan la noche
del cielo negro y cerrado de mi ciudad.
El terciopelo de tu vieja estela se rompe
y mis manos pierden la fuerza
por el suave croar de las ranas;
que cantan al lucero,
allí donde mueren las canas.
Cantan desafinado en la humedad de las barras,
cantan un cante amargo
como el sabor del morapio;
cantan al dolor de la soledad.
La charca se inundó un día floral
con las lágrimas de las estrellas
y la lluvia de una primavera irreal.
Llenó el cielo con candelas,
manchó el suelo con los hilos de las velas,
quemó tu sonrisa viral.
Camino desnudo por el cielo abierto
me muestro como soy
voy cagando sobre coches ajenos
dejando el rastro allí donde voy.
Dejando a tu lado mi mejor poema
dejando atrás las penas
dejándolo todo atrás.
Y miento si digo que no se a donde voy
si no conozco el último suspiro
si dejo atrás aquello que no quiero
y grito al viento que se quien soy.
31 de Julio de 2017
Luis de Laos

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